lunes, 15 de septiembre de 2008

UNA EXPERIENCIA PEDAGÓGICA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA COMUNALIDAD

Los hombres y mujeres cuicatecos al igual que todas las culturas del mundo no solo nos oponemos a lo que nos destruye sino que proponemos nuevas maneras de hacer lo cotidiano de pensar nuestro propio mundo

LOS HOMBRES Y LAS MUJERES DEL MAÍZ

UNA EXPERIENCIA PEDAGÓGICA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA COMUNALIDAD



Índice  
Antecedentes
Planteamiento del problema
Propósito general del proyecto
Propósitos específicos 
Metodología de carácter investigativo
Más aún, ¿Sólo la razón cuenta o también el sentir?
Elementos teórico-conceptuales comunalitarios
Comunalidad, cultura y educación
Comunalidad y trabajo docente
Secuencia metodológica
Asamblea o junta comunalitaria
Trabajo comunalitario o tequio y cuadrillas pedagógicas
Territorio y hallazgos
Reciprocidad 
Festejo y guelaguetza
Hacia una Pedagogía de la Comunalidad
Construyendo la pedagogía de la comunalidad 
BIBLIOGRAFÍA
APÉNDICE.
INTRODUCCIÓN

La tarea educativa es y será siempre una oportunidad para el aprendizaje de quienes estamos inmersos en ella como profesionales. La experiencia nos ha mostrado, que esta no trasciende cuando como educadores sólo asumimos el rol de reproductores de lo que el Estado nos propone, es decir, no nos convertimos en intelectuales de nuestra tarea cotidiana.

El ejercicio crítico de ésta, nos llevó como equipo pedagógico a diseñar una propuesta de acción que recuperara las formas de convivencia y organización comunitaria de los pueblos originarios de América y que han permitido su sobrevivencia como culturas, esto último con el fin de desarrollar nuestra labor en un sentido de compromiso social con las comunidades donde nos han abierto las puertas para poner en marcha nuestra concepción de educación.

Los resultados hasta ahora alcanzados, no se explican sin el empeño y compromiso mostrado por las mujeres y hombres de las comunidades educativas de las Escuelas Primarias “Héroes de Chapultepec” de San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán, y San Sebastián de la Flores, Etla, Oax.

La intención que motivó la puesta en marcha de este proceso, es la pérdida de la soberanía alimentaria, sin embargo, lo es también el rescate de las formas de organización comunitaria presentes en estas comunidades, a lo que se le denomina como Comunalidad. Aquí, la Asamblea o Junta comunalitaria, Territorialidad, El trabajo comunalitario o Tequio, El festejo o Guelaguetza, así como los valores como La Reciprocidad o mano vuelta, compartencia, libertad y complementariedad; son prácticas de vida que se han heredado de nuestros ancestros, y hoy, favorecen la identidad cultural manteniendo la cohesión de los pueblos originarios de mesoamérica; dimensionarlo y potenciarlo, es una forma de favorecer la participación comunitaria en la dirección del proceso educativo y superar el rezago en este rubro en nuestro estado de Oaxaca, entidad vapuleada por decisiones equívocas en todos los aspectos, por políticos y funcionarios de los distintos espacios y niveles de decisión de la estructura jurídico política.

Antecedentes

La educación en México está seriamente cuestionada en cuanto a su eficiencia, los exámenes aplicados a estudiantes de los distintos niveles educativos, han puesto al país en el último lugar de la OCDE , y los estados de la república con la puntuación más baja son Guerrero, Chiapas y Oaxaca; ante ello las críticas no se han dejado esperar, en consecuencia, se pone en tela de juicio la práctica docente y su efectividad, tanto en el aprovechamiento de los tiempos escolares, la metodología para el desarrollo de contenidos e incluso su referente teórico-metodológico, que hacen posible que se logre este nivel de aprovechamiento de acuerdo a esta forma de evaluación.

Esto, como colecgiado académico es una preocupación que impone la necesidad de conocer cómo pudiera ser una alternativa, no para insertarse en los niveles de competitividad que exige la OCDE, sino para identificar los factores que han influido en ello; y, una vez conocidas las causas, plantear una estrategia metodológica que permita al docente aproximarse al entorno, conocer las expectativas de los sujetos con los que tiene la tarea educativa, sus formas de conocer, su concepción, visión y cosmovisión del mundo; para que su práctica docente, no se convierta en un instrumento de homogenización y hegemonización, es decir, que el proceso educativo sea en la intención de desarrollar sus potencialidades de acuerdo a sus expectativas de vida.

Los integrantes del Colectivo de la Pedagogía Popular hemos considerado que los resultados de las evaluaciones realizadas con instrumentos estandarizados, no necesariamente son indicadores de la eficiencia o deficiencia de los docentes en cuanto a su práctica profesional únicamente, más bien, evidencian que hay algo más que no está acorde a las expectativas de quienes se forman, no parten de su cultura, o en su caso, son procesos que van a contracorriente o divergen de sus prácticas de vida y formas de concebir y conocer el mundo.

El estado de Oaxaca, históricamente ha sido un espacio de vida de distintas culturas, tales como: zapoteca, mixe, mixteca, huave, chatina, cuicateca, chinanteca, y otras más; unas con un desarrollo cultural que abarca, conocimientos astronómicos, matemáticos y lingüísticos, que han perdurado y son dignos de admirarse; otras, no lograron su esplendor, sin embargo sus prácticas de vida tienen hondas raíces, y hoy a 515 años de la llegada de los europeos a América, persisten y se niegan a desaparecer.

A pesar del discurso oficial, en la práctica, las culturas mesoamericanas han sido negadas, y desde la invasión a sus territorios, han generado una resistencia a las formas que se han empleado para minimizar sus procesos organizativos, manera de conocer y educar; así, lo que viene de fuera puede considerarse como atentatorio a su persistencia como cultura, de tal modo que encuentra una resistencia en donde se intente imponer, la cual tiene expresiones diversas como: el sincretismo cultural o la transfiguración del lenguaje; cuando esto no es posible, el rechazo o la confrontación tienen un desenlace lamentable, de ahí la necesidad de tender un puente de confluencia que permita la coexistencia de las culturas de origen mesoamericano y la de raíces indoeuropeas, que ayude avanzar hacia una sociedad tolerante e incluyente.

Es precisamente ahí donde La Comunalidad cobra relevancia, al tratar de retomarla como una forma de trabajo pedagógico, favorecer los procesos de fortalecimiento identitario y potenciar el desarrollo de las habilidades intelectuales y/o inteligencias de los sujetos partícipes en este proceso.

En estos últimos años, el discurso acerca de la diversidad e interculturalidad ha ganado espacios importantes, sin embargo es más en sentido retórico que en el actuar cotidiano, específicamente en los espacios educativos sólo llega a ser motivo de referencia para lo folclórico y no como concepción de vida. Al negar las concepciones de origen mesoamericano en el acercamiento de la escuela a la comunidad, prácticamente la tarea de las instituciones educativas se convierten en una forma de coloniaje, donde lo más importante es lo que viene de fuera, dejando de lado los saberes y prácticas de vida comunitarias. 
Retomar La comunalidad como forma de organización comunitaria y práctica de vida, no sólo implica reconocer la existencia de una visión, cosmovisión y cosmogonía; sino que requiere incorporar esos conocimientos y saberes sujetos a los procesos didácticos a nivel de aula, ese fue el desafío y expectativa que representó este proyecto pedagógico-investigativo.

Hoy, al menos en el estado de Oaxaca, y específicamente en la región del valle de Oaxaca, no basta la promoción de talleres donde se aborden temas del desarrollo cognoscitivo, socioafectivo, psicomotriz y volitivo de lo/as niño/as, la importancia de la participación de la familia en los procesos de aprendizaje y demás; hoy más que ayer, se impone una educación que considere al contexto de vida de los sujetos del proceso educativo, como referente insustituible para lograr una educación que permita favorecer el desarrollo de las potencias humanas.


Planteamiento del problema

En la práctica educativa de las escuelas de los distintos niveles educativos, es evidente que el docente no toma en cuenta a la comunidad, autoridades y padres de familia, más que para los momentos como tomar acuerdos acerca del mejoramiento de la infraestructura escolar, formas de obtención de recursos y materiales didácticos para la celebración de alguna festividad cívico-social y cultural, etc.; así, sus expectativas de participación se reducen a las formas que permitan mantener en condiciones de funcionamiento la institución educativa; en cuanto al aprendizaje de sus hijos, no existen más que en la lógica que plantea el docente: lograr los mejores resultados en los concursos de zona, sector, región, etc.

De hecho, los pueblos no tienen injerencia en cuanto a lo que habrá de abordarse a nivel de aula, para ello, basta el Plan y Programas oficial; es precisamente ahí donde es necesario cuestionar la pertinencia de las formas de acción que se realizan en las distintas instituciones y niveles educativos; por ello es necesario un proceso educativo que parta de las concepciones y prácticas de vida comunitarias, sus formas de organización y procesos que permitan superar los retos y desafíos, para que de esta manera se logre mejorar el nivel educativo de las comunidades, no en el afán de satisfacer el sentido competitivo que se está fomentando, sino que la educación permita a los beneficiarios de este derecho, satisfacer sus expectativas y desarrollar sus potencialidades.

Para que los desafíos en cuanto a lo educativo que enfrenta hoy Oaxaca sean superados, es necesario reconocer que persisten las culturas de origen mesoamericano, en cuanto a sus lenguas originarias 16 de ellas (con sus diversas variantes) siguen vigentes, que aún con algunas transfiguraciones, constituyen una forma de comunicación y en consecuencia, una concepción vida.

De la misma manera, en cuanto a la profesión de fe, con el sincretismo se logra enmascarar la vigencia de sus deidades, se transfiguran ciertas manifestaciones y maneras como la de los fieles difuntos o día de muertos; sin embargo, los ritos a los dioses, deidades y otras manifestaciones de carácter religioso parten de concepciones autóctonas que aún son cotidianas. 

En las regiones del estado, pueden observarse actos como darle el bocado a la tierra antes de iniciar o al término del consumo de los alimentos, como forma de agradecimiento a la naturaleza por lo que le ha dado a la familia; en el mismo caso se encuentra la práctica de los campesinos zapotecas y mixes de la sierra norte, cuicateca, mazateca y otras; prácticas que consisten en que antes de iniciar la jornada de trabajo, se encomiendan al dueño del espacio territorial donde cultivan (el que haya corporeidad en el chaneque o duende), para que les dé la venia y se logre el cometido de la faena del día, además de que toda labor rinda los frutos esperados, enunciar las diversas formas no es el cometido de este trabajo, es solo nombrar ciertas prácticas que se impone reconocer.

En cuanto a la organización social, la cultura de la resistencia es más fuerte y palpable, a pesar de las estrategias que se han implementado para hacernos a la manera de las democracias de origen indoeuropeo; aquí, encontramos vigentes prácticas como: el tequio, la guetza o gozona , la asamblea comunitaria o junta comunalitaria, el dominio comunal del territorio, valores como la mano vuelta o reciprocidad, complementariedad de la diversidad, entre otros; las que favorecen el espíritu de apoyo mutuo, de vida comunal, de convivencia, compartencia y de trabajo comunalitario; lo que está presente como inconciente colectivo o memoria colectiva que se traduce en intuición comunalitaria; esto, diverge de la concepción de vida de origen indoeuropeo que ha sido la plataforma para constituir una conciencia cosificante, que concibe al otro como el medio para poder escalar y lograr una “mejor posición social” o “mejor status”, que privilegia la posesión de lo material y lo tangible; es aquí donde competencia y compartencia hallan incompatibilidad. 

Referente a la naturaleza, los pueblos originarios son herederos de una concepción y racionalidad distinta, la que considera a la tierra como el vientre materno que es capaz de concebir y multiplicar a la especie humana y la vida, por ello, no es un espacio con posibilidades de intercambio, no puede ser parte del trueque o negociación, la tierra es un ente con vida propia, que tiene un espíritu que comparte la vida con los que en ella habitan, el hombre es parte de esta naturaleza y a ella se debe, así, hombre y naturaleza son lo mismo, la vida puede transcurrir en la medida que hombre y naturaleza sean unidad; el cosmocentrismo es su expresión en la unidad del mundo y el hombre en él, el equilibrio en las relaciones hombre-mundo es considerado como la única vía para la prevalencia de la vida en general y de la vida humana en particular. Concepción que estaba presente en la inmolación de las doncellas como medio para restablecer la estabilidad de las condiciones naturales que estaban poniendo en peligro esta situación y con ello favorecer el reencuentro del hombre con el mundo. 

En esta cosmovisión, se privilegia la necesidad de la comunidad antes que el individuo, el objetivo no es mantener la estructura y organización social sino la sociedad se estructura de acuerdo a las necesidades del hombre en comunalidad, lo comunal no solo es la estructura y organización social, sino la comunidad del hombre con su entorno. 

La cosmogonía de una cultura se manifiesta en los mitos, leyendas, ritos y rituales que van conformando la manera de mirar el mundo, en este aspecto, los ritos practicados por las culturas mesoamericanas, por su mirada cosmocéntrica, tenían sus prácticas de veneración con un sentido naturálotra , es decir, se venera lo que tiene la posibilidad de emanar fuerza, energía, vida; de lo venerable mana la potencia, los elementos dadores vida; por ello, había el dios del rayo, de la lluvia, del sol, de la luna, del viento; lo venerable, por sus cualidades o características infunde respeto, amor, alegría; el rito cumple la función de propiciar la adoración hacia aquello que favorece la existencia de lo viviente y no viviente, el ritual es la estructura del acto que construyó cada cultura; sin embargo, a pesar de la diversidad de los pueblos de América, la visón del rito en esencia fue naturálotra. 

Este recorrido sucinto de las concepciones del mundo presentes en la vida cotidiana del estado de Oaxaca y otras entidades con presencia de los pueblos originarios mesoamericanos, que a su vez generan situaciones específicas, es necesario, puesto que reconociendo lo que subyace en la vida cotidiana es como se puede direccionar nuestro actuar en el mundo, como sujetos históricos. Por lo que se considera que es en la formación humana donde se puede actuar, sin negarla, es decir, la cultura y por extensión: la educación.
Así, la cultura es el espacio donde podemos continuar con nuestras prácticas de vida. Lo que puede mejorar las relaciones humanas, no será la diferenciación en cuanto a los niveles de estabilidad económica, eso acendra la rivalidad social. Es la cultura lo que puede plantear un horizonte de vida en convivencia y compartencia con los otros, es decir, la nosotredad , horizonte que puede iluminar el lóbrego y estrecho laberinto, en donde en este inicio del tercer milenio nos encontramos atrapados. 

La situación educativa que se realiza en las comunidades donde La Comunalidad está presente, requiere una revisión y replanteamiento, incluso reorientación; este es el caso de las poblaciones de San Sebastián de las Flores, Etla y San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán, Oax.

Hoy, el cambio climático que está generando cambios bruscos en los fenómenos meteorológicos, nos envía el mensaje de la necesidad de revalorar nuestra visión de lo que puede ser un desarrollo de la sociedad que hasta ahora se ha impuesto; como ruta alterna, en la comunalidad están presentes concepciones que son un punto de referencia que puede ayudarnos a construir un mundo donde el humano se sienta uno con el mundo para evitar su destrucción. 


Propósito general del proyecto

• Construir una propuesta de carácter pedagógico-didáctica, sustentada en las formas de organización, prácticas de vida y expectativas comunitarias como una alternativa que permita favorecer los procesos educativos a nivel de aula.

 
Los propósitos específicos planteados fueron

• Conocer y datar las prácticas de vida comunitaria que han mantenido coherente su visión y cosmovisión del mundo.
• Conocer y registrar las formas de organización comunitaria que han permitido superar los desafíos, retos, adversidades, etc.
• Compartir sus expectativas y perspectivas de vida comunitaria que han direccionado su existencia como comunidad.
• Plantear a docentes de estas escuelas primarias Benito Juárez y Héroes de Chapultepec, de San Sebastián de las Flores, Etla y San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán, Oax., la propuesta metodológica partiendo de sus propias condiciones de: organización, formas de vida y expectativas de vida comunitaria compartidas por los docentes para favorecer los procesos educativos a nivel de aula y comunidad.


Metodología de carácter investigativo

La vida de las comunidades, sus prácticas de fe, su visión y cosmovisión, sus expectativas de vida, es un todo integral; sin embargo, conocerlo es un reto; una metodología que utilice un proceso inductivo-deductivo, o que pretenda aplicar concepciones con abstracciones que generalicen con inmediatez para proponer soluciones que sean factibles de masificar, no resulta ideal en los pueblos originarios; por ello, se requiere un acercamiento distinto, el que permita comprender lo que piensan los de más edad, quienes puedan darnos información de lo que subyace en cada forma de hacer las cosas, de entender el mundo; precisamente por ello, se requiere de la Etnografía como forma de aproximarse al contexto social, para registrar los hechos, datarlos, obtener evidencias; mapear el espacio para identificar a los informantes, conocer los sitios sagrados e importantes; lo que requiere el conocimiento del entorno, realizar observaciones participantes, y una vez obtenida la información, organizarla, sistematizarla, categorizarla, lo que será el insumo para realizar un ejercicio interpretativo, que nos dé la oportunidad de convertir los resultados en herramientas que posibiliten la construcción de una propuesta de acción docente.

Así, la Etnografía como metodología de acercamiento, conocimiento y reconocimiento del contexto; la Hermenéutica Analógica, como la ciencia y arte de la interpretación para favorecer el proceso y convertir lo indagado e interpretado como instrumentos y herramientas; para así, proponer procesos de transformación del proceso educativo en las comunidades elegidas.

Para lograr esto, se hizo un acercamiento a estas realidades, se buscaron las ciertas causas del por qué ésta es como es, los factores presentes, conocer a los sujetos, sus expectativas e intenciones; el contexto, su incidencia en la actitud de los niños y adultos, el lenguaje, las formas de conocer presentes, la cultura y sus implicaciones en el ámbito cotidiano y escolar; por lo que fue necesaria e imprescindible la observación in situ, que para Postic es “… un proceso cuya función primera e inmediata es escoger información sobre el objeto que se toma en consideración. Ello fue en un sentido descriptivo, etnográfico, en donde a decir de Lecompte… 

Los etnógrafos, ante todo, han de trabajar en escenarios donde los comportamientos se producen de forma natural. Deben ir hacia sus participantes; no pueden recurrir a contextos de laboratorio para la pureza del diseño, ni a audiencias cautivas por razones prácticas. Durante un periodo de tiempo ininterrumpido, deben mantener una interacción constante con los participantes. A menudo, los investigadores no tienen otro rol que desempeñar ni otra razón de permanecer en el escenario, que su deseo de estudiarlo. 

Las herramientas básicas en este proceso son las facultades sensoriales; siguiendo a Lecompte… “Los instrumentos principales del etnógrafo son sus ojos y sus oídos, así como otras facultades sensoriales, a los que se suma un conjunto de medios auxiliares como grabadoras de audio y video y cámaras fotográficas y de cine.” 

Los datos recopilados in situ, se analizaron, categorizaron y utilizaron como principio de un acercamiento teórico, es decir, fueron el insumo para el trabajo posterior, según Lecompte…

…La categorización requiere, en primer lugar, que los etnógrafos describan lo que observan, dividan en unidades los fenómenos e indiquen cómo estas unidades se asemejan y distinguen entre sí. Las bases de diferenciación y clasificación de los elementos pueden ser de carácter espacial, físico, temporal, filosófico, gramatical o social. 

Y posteriormente teorizar acerca de éstos, donde… 
“La Teorización es el proceso cognitivo consistente en descubrir o manipular las categorías abstractas y relaciones entre ellas. Es indispensable en toda investigación y se usa para desarrollar y confirmar las explicaciones del cómo y por qué de los fenómenos.”  

Sin embargo, la teoría respecto a los fenómenos sociales no puede ser comprobada a la manera de los asertos de las ciencias empírico analíticas, más bien, requiere de una apertura a las interpretaciones que los sujetos hacen de los fenómenos, los hechos, prácticas, símbolos; de los productos que son capaces de producir, de los símbolos que están presentes en las interacciones humanas, todo ello requiere de un acto interpretativo, desde la hermenéutica, Beuchot lo plantea así… “…los textos son de varias clases: pueden ser escritos, hablados, e incluso actuados. Todo lo que tiene una significación viva, no completamente inmediata y clara, es susceptible de interpretación. Que para Habermas es… 
“La comprensión de una manifestación simbólica exige esencialmente la participación en un proceso de entendimiento. Los significados, ya se encarnen en acciones, en instituciones, en productos de trabajo, en contexto de cooperación o en documentos, sólo pueden ser alumbrados desde dentro.” 

De ahí que se requirió darle significado a los hechos, situaciones, interacciones y procesos que se vivencian en el acercamiento a las comunidades. Lo que permitió comprender los fenómenos, y finalmente plantear formas de actuar pedagógico-didácticas de manera intencional.

 
Más aún, ¿Sólo la razón cuenta o también el sentir?

El proceso de transformación necesario en lo educativo, empieza por reconsiderar la preeminencia de ciertos aspectos o cualidades de la especie humana; desde una perspectiva indoeuropeocentrista, cuyo término en boga (polémico por cierto) es que hoy transitamos en la etapa posmoderna, lo que en otra perspectiva, se le denomina transmoderna , en donde se considera que lo importante y trascendente es la utilización del raciocinio como herramienta para interpretar lo que sucede en el mundo. El raciocinio combinado con las distintas inteligencias y el desarrollo moral, serán suficientes para acceder a otra etapa de vida de nuestra especie; sin embargo, los hechos nos muestran lo contrario, la razón y la potenciación de las inteligencias sólo nos han llevado al tobogán de la deshumanización en el que hoy nos encontramos; ese raciocinio nos lleva hoy a considerar que habremos de blindar los medios de transporte y hasta la vestimenta (lo que hoy es un negocio remunerativo y prometedor) para no ser herido por algún arma de fuego; raciocinio que nos ha llevado a perfeccionar las formas de explotación humana y los recursos naturales, incluso, raciocinio que nos niega la posibilidad de compartir el mundo con quien difiere de nosotros en su visión y cosmovisión. 

Este raciocinio centra su mirada y representación del mundo en los conceptos, fórmulas, ecuaciones, teorías; sin duda que esto ha ayudado a inventar instrumentos y herramientas para poder accionar en el mundo y producir comodidades de las que hoy disfrutamos; no obstante, sus efectos también son perniciosos, la invención de las armas de destrucción masiva es una prueba de ello; cuando el concepto o término precede a los objetos, los seres, el colorido de la naturaleza, la vivacidad de los niños o los seres diminutos, se pierde la oportunidad de valorar su aporte al mundo; el raciocinio nos dice que éstos sólo pueden ser medidos, definidos, clasificados, diferenciados, teorizados; la mirada que percibe el colorido, con los referentes de la racionalidad occidental, clasifica, ordena, segrega, discrimina, pero también nubla el sentimiento; la mirada y el concepto se confabulan y nos limitan, nos atan para evitar sentir; así, la imagen que precede al concepto y la razón se impone, obnubila sentimiento y pensamiento; imagen y concepto potencian el raciocinio pero cercan al mundo con esquemas, fórmulas, diagramas y otros.

Hoy, los efectos que se viven, tanto en lo socioeconómico como en fenómenos como el calentamiento global nos dicen qué tan acertada es esta forma de entender el mundo.

Ahí radica un punto de discordancia en este alegato, nos hemos olvidado cerrar los ojos por un momento para empezar a sentir el calor, las vibraciones, el frío de los cuerpos, la textura de las cosas que nos rodean; no olemos las palabras o imaginamos su colorido, no respiramos la tensión, el estrés, la impaciencia y la intolerancia que hoy inundan nuestra vida; mucho menos percibimos el vaho, la niebla, el denso ambiente que empieza a atraparnos, por ello vemos como normal la violencia, la descomposición social, la muerte que cabalga en lomos de la avaricia que se apoderó de los espíritus como el de los defraudadores, los apostadores de la bolsa de valores, de los especuladores del futuro colapso de la economía, de los que prefieren que los alimentos se conviertan en biocombustibles haciendo cabalgar el hambre en el mundo entero, donde es más importante la tecnología que la vida. Hoy, sentir el mundo como nuestra carne que se desgarra en cada grado Celsius que diluye los glaciares del planeta, por cada especie biológica extinguida, por una hectárea más de desierto, por una selva devastada, es ser anacrónico, falto de visión progresista, retrógrada y demás. Esa es la consecuencia del raciocinio.

Se afirma que pensar, sentir y actuar de manera discursiva es lo ideal, pero pensar lo no pensado, sentir el mundo y vivir acorde a ello es herejía, o si se quiere, sentir, pensar y actuar de forma disruptiva es un crimen; hoy, no se requiere percibir y pensar el mundo, lo que se requiere es razonar los impactos, la ganancia, la utilidad; lo demás, es producto de una mente que no ama el progreso. 

Por el contrario, aquí, se sostiene que la especie humana podrá disfrutar del mundo, cuando lo sienta y lo piense, lo perciba más allá del concepto, la imagen y la razón. Si se siente lo que se piensa y se piensa lo que se siente, estaremos arribando a otra posibilidad de vivir el mundo; cuando se siente, el espíritu se torna receptivo, escucha los lamentos de la madre tierra, la desesperación del agua que está siendo mercancía cuando bien le va, si no es que contaminada y escasa. 

Una vez realizado el acercamiento a las comunidades elegidas, se identificaron las prácticas de vida o elementos comunalitarios que a continuación se describen de una forma aproximada:

Elementos teórico-conceptuales comunalitarios

• Territorio. Lugar indispensable para cualquier ser vivo, éste, no puede existir sin un espacio específico, todo ser vivo, por antonomasia tiene que situarse, en nuestro caso, como humanos y desde la mirada mesoamericana, el territorio es la madre que provee, por ello, se impone reconocerla como espacio que requiere ser venerado porque es fuente de vida.

• Asamblea o Junta comunalitaria. La asamblea desde una mirada indoeuropea, o junta como suele llamarse en otros espacios como el nuestro, es la oportunidad de compartir ideas, intenciones, expectativas, planes, futuros posibles, y más; es el llamado a consultar qué hacer ante los retos, tareas, oportunidades, necesidades; es la oportunidad de poner en la mesa, los puntos que es necesario superar, en un diálogo cara a cara, en la posibilidad de discutir lo no preciso, lo nebuloso, lo que genera conflicto; en consecuencia, habrá que buscar el consenso, los acuerdos que ayuden a mejorar la situación; evitar caer en decisiones de mayoría, ello confronta y debilita a los comunalitarios. En la Asamblea o Junta se acuerdan tareas, las responsabilidades, los trabajos por venir, las acciones; socialmente o comunalitariamente, no puede disponerse de la fuerza de trabajo, de las habilidades de los habitantes de un espacio territorial; en tanto, se no haya puesto a discusión, análisis y aprobación de la asamblea; la Asamblea se convierte en un espacio decisorio, el que orienta y plantea horizontes de qué hacer y cómo en situaciones cotidianas e incluso adversas. La asamblea es la máxima autoridad, es la que otorga representatividad, en ella se decide quién o quienes son depositarios de la confianza comunitaria, el representante no toma decisiones por su comunidad, sólo es emisario de un encargo, es gestor, porque la asamblea o junta así lo decide. En la asamblea se otorgan los cargos, las comisiones, las responsabilidades, si una acción aunque sea en beneficio de la comunidad se realiza sin aprobación de la asamblea, estará violando la vida comunitaria, por ello su importancia en el accionar de una sociedad de raíces mesoamericanas.

• Trabajo comunitario. El trabajo es la única forma de poder cambiar las condiciones del entorno, el trabajo como acción humana, intencional, y direccionada, cumple la función de hermanar los esfuerzos, cuando las fuerzas se juntan, se es más capaz, se superan los desafíos, lo retos; si se es beneficiario de una acción colectiva, por necesidad se habrán de compartir las angustias, las fuerzas, energías y todo lo que haga posible la superación de esos retos. Toda tarea, trabajo, mejora que tenga como finalidad el beneficio de la comunidad, será superado colectivamente, así, hacer transitable un camino vecinal, cosechero; mejorar la casa del pueblo, traer el agua de un lugar distante, trabajar la parcela escolar; requiere de la participación de todos; cada cual tendrá una tarea específica, o en virtud de sus habilidades y destrezas, utilizará una herramienta, un recurso material o tecnológico, pero que con los otros, se aligera y se hace breve, en el trabajo hay complementariedad, la individualidad sí tiene presencia y perspectiva, no así el individualismo donde el individuo es primero que la comunidad; en el tequio, todos con sus manos harán posible las aspiraciones, es el instrumento ideal para superar lo que atañe al colectivo en cuanto a trabajo. 

• La fiesta. Toda acción emprendida tiene su corolario, cuando es comunal, generalmente es para beneficio de todos, la comunidad es o será usufructuaria del esfuerzo compartido, del esfuerzo individual que se convirtió en posibilitador de beneficios comunes, ello amerita una celebración, alcanzar el propósito colectivo requiere una acción de gracias a la unidad comunitaria; para ello, nuevamente se impone la puesta en común de las habilidades, alegrías; sin embargo, no puede esperarse de los otros si no se pone en común lo propio, lo personal habrá de comunalizarse; así la fiesta es el momento de celebrar la unidad y a su vez poner en común el aporte personal; la fiesta o guelaquetza, es dar lo propio para el disfrute colectivo; es ponerse en reciprocidad, no se puede disfrutar sin aportar, puesto que el núcleo de la vida en comunidad es esperar de los otros lo que personalmente se puede dar. La fiesta comunal es comunión, construcción y disfrute de todos. La reciprocidad es también una actitud, si no se da no puede recibirse, en los actos cotidianos, no puede esperarse de los otros lo que no se es capaz de aportar; no se puede pedir respeto si por nuestra parte no lo hay con los demás. Es ser nosotros con los otros en la nosotredad.

Lo anterior y aún más es La comunalidad, al considerarla como referente para la construcción de una propuesta educativa para los pueblos originarios de América que la practican, se pretendió plantearla, ponerla en marcha en tiempos y espacios que favorecieran los procesos y propósitos, partiendo del reconocimiento de los saberes y prácticas comunalitarias para lograr de hecho una educación integral, participativa, vinculando la escuela con la comunidad. 


Comunalidad, cultura y educación

La transformación de una sociedad habrá de ser pariendo de las unidades más pequeñas de ese todo, cambios que sólo son posibles en la medida de que quienes son partícipes de ésta, están resueltos a hacer, nosotros como trabajadores de la cultura, podemos ser agentes de transformación en éste nuestro espacio, consecuentemente, es éste el espacio donde podemos continuar en la vía de la resistencia, no por simple capricho, ni por considerarnos herederos de lo más granado de la construcción humana, sino por lo que implica para el futuro de nosotros mismos, de la vida en la tierra, y desde luego, de nuestro futuro como especie.

Hoy, es inaplazable la formación principalmente de lo/as niño/as en otra intención a la que está en boga, sin embargo, ello no será posible sin un proyecto cultural y educativo que favorezca la valoración de nuestra riqueza cultural construida en el devenir histórico y el fortalecimiento identitario; tampoco es suficiente sin una formación y actualización docente que reoriente la tendencia formativa en los distintos niveles educativos, por ello, es impostergable la recuperación, búsqueda y construcción de estrategias que propicien la reflexión, análisis y revaloración de la experiencia de nuestros ancestros y la construida en los últimos años.

Inclusive, se requiere de un proceso de reeducación y deseducación, de aprender a desaprender los esquemas competitivos, las formas de dominación, exclusión y discriminación a los diferentes, desaprender la búsqueda de la ganancia depredadora. Consecuentemente, requiere necesariamente de un proceso de constitución-desconstitución-reconstitución, es decir, de aprender a desaprender; y que ineludiblemente pasa por la transformación de las nuestras conciencias, y que atraviesa por la búsqueda de otra forma de ser y hacer cotidiano, así entonces, lo más difícil y trascendente, apenas comienza.

Esto sin duda implica que se requiere un replanteamiento de nuestros esquemas de representación del mundo, es decir, iniciar un proceso al que Freire llamó mudanza; en donde la tarea principal es plantearnos la idea de la necesidad de cambiar, desde nuestras formas de convivencia, hasta la visión sobre la situación económica, pasando por la manera de entender el mundo, en fin, la cultura, cuya herramienta tendrá que contemplar el proceso educativo.


Comunalidad y trabajo docente

Una vez identificados los elementos de la comunalidad, descritos y comprendidos, se hizo necesaria su puesta en práctica en un ejercicio de carácter pedagógico-didáctico, buscando un elemento que pudiera hacer de la comunalidad una propuesta de trabajo a nivel de aula.

Para ello, se hizo un breve análisis de las principales temáticas que pudieran generar un espacio de encuentro, por lo que al revisar algunos temas polémicos y que si duda inciden en nuestra soberanía alimentaria como cultura y como país México, se llegó a la conclusión que el maíz es un grano que en primer lugar nos da una identidad como pueblos originarios, es además un tema generador que puede aportar conocimientos de diversa índole y que abarca el espectro de asignaturas del Plan de Estudios de Educación Primaria; además, debido a la política económica derivada del TLC que consiste en la liberación de aranceles a esta gramínea a partir del primero de enero de 2008, que consecuentemente tendrá repercusiones en la vida del campesino o agricultor de nuestros pueblos, como colectivo se decidió proponerlo a las comunidades educativas de las comunidades mencionadas, a docentes, niño/as y padres y madres de familia.

Secuencia metodológica

Se planteó a tres docentes de una institución y a la planta de trabajadores docentes y no docentes de la segunda, la posibilidad de abordar este polémico e interesante tema que es el maíz, propuesta que fue aceptada.

Asamblea o junta comunalitaria
Posteriormente se convocó a Asambleas o Juntas de padres y madres de familia. La propuesta fue aceptada, no sin antes cuestionar acerca de las posibilidades de aprendizaje que implica. Debido a ello se propuso que de acuerdo al Plan y Programas de estudio, se agruparan las temáticas aproximadamente de la siguiente manera:
Temáticas Productos derivados
Historia del maíz Tejate
Geografía del maíz Pozole
Ciclo de vida del maíz Nicuatole
El maíz como ser vivo, su forma y estructura Cegueza
Economía del maíz Pinole
Cuentos, mitos y leyendas Tamales
La producción de maíz (labranza) Empanadas

Trabajo comunalitario o tequio y cuadrillas pedagógicas
Una vez identificadas las temáticas se discutió la forma de superar la tarea, se decidió formar equipos de trabajo o cuadrillas pedagógicas de investigación, en donde estarían participando niño/as y madres y madres de familia.

Se propusieron formas de organización de las cuadrillas pedagógicas, las fechas para conocer los avances, formas de presentación de lo indagado, el papel de cada uno de los actores, y por último, consensuar la posibilidad de realizar un festejo una vez concluida la tarea. Se propuso una fecha próxima para conocer los primeros avances.

Territorio y hallazgos
En la fecha establecida para conocer los primeros avances, se escucharon las participaciones de algunos equipos acerca de lo encontrado en cada uno de los espacios de vida, es decir, en el territorio de cada comunidad, hubo mitos y leyendas inéditas, se identificaron festejos con sentido religioso pero cuyo tema es un producto del maíz, tal es el caso del atole que dan los novios (atole de los novios) en 5° viernes de cuaresma en honor a San Lázaro en San Antonino Castillo Velasco y una fiesta cívica denominada el Día del ejido en San Sebastián de las Flores; entre otras. Se hicieron los llamados a las personas que estaban incumpliendo con su respectiva encomienda y se fijó la fecha para el festejo, quedando del 20 de abril para San Antonio Castillo Velasco y 26 de abril para San Sebastián de las Flores.

Durante el trayecto de las asambleas para conocer el avance de las tareas y el día del festejo, en los grupos escolares se estuvieron socializando los resultados de las investigaciones en donde participaron padres y madres de familia, niño/as, además de personas de la comunidad que han elaborado por años algunos productos como: tejate, ceguera, empanadas y otros. Así, las cuadrillas pedagógicas van concretando etapa por etapa cada una de las tareas acordadas. El tequio va cumpliendo el cometido de hermanar los esfuerzos y los resultados están a la vista.
Alcanzado el objetivo de carácter académico logrado en tequio, bajo la modalidad de cuadrillas pedagógicas, la asamblea decide organizar el festejo en la forma que se sabe hacer en el valle de Oaxaca, la guelaguetza. El espacio o territorio para mostrarlo es el centro de la actividad académica donde se planteó, es decir: la Escuela Primaria Héroes de Chapultepec; se logra así, afianzar la función de la escuela como territorio para la puesta en común o comunalización de los logros, se convoca entonces a los partícipes del proceso para mostrar sus hallazgos a las instancias de organización comunitaria con la finalidad de que se impulsen y sigan favoreciendo procesos en la misma perspectiva.

Festejo y guelaguetza
La memoria de todo el proceso es necesaria, por ello, se proponen tareas a quienes tienen habilidades para ello; así, el mural conmemorativo del maíz se le encarga al pintor Luís Valencia; el video, al joven Valencia; la memoria gráfica, a un asesor de la práctica docente; de la misma manera, para el festejo se tiene la oportunidad de contar con el apoyo de una transmisión radiofónica encadenada a distintos contextos como: la Sierra Mixe, Sierra Juárez, valle ocoteco y valle de Zaachila; para amenizar musicalmente el evento, se invita a la Banda Infantil Tilcajete de San Matín Ticajete, de la población circunvecina; y para plantear la historia del maíz desde un punto de vista filosófico-zapoteco, el pintor y filósofo Nicéforo Ubieta; para la memoria audiovisual, Ojo de Agua es la mirada que completa el cuadro. Es tal la fuerza del maíz, que logra conjuntar a la comunidad y otras circunvecinas en este evento académico-cultural con sentido identitario. 

La guelaguetza o fiesta planteada como corolario de los esfuerzos, tiene la posibilidad de concretarse como se planteó en la Asamblea con el apoyo de las instancias escolares, para ello, la comunidad escolar se organiza en un marco de fiesta; hay un rito construido por los niños a los elementos dadores e vida como el aire, el agua, la tierra, el sol y la luna; se habrá de representar la leyenda del atole, se harán conferencias breves sobre diversos temas investigados y sobre todo, habrá guelaguetza con todos lo productos que se elaboran del maíz, la música amenizará la fiesta y la radio hará circular por las ondas hertzianas la voz de un pueblo que ama al maíz, la mirada de Ojo de Agua captará los colores de ese canto y el ritmo de los cuerpos al vaivén de las notas. Todo/as arribarán finalmente a la pizca comunal, es decir, que es tiempo de cosechar lo cultivado.

En la práctica comunalitaria, se pueden encontrar valores que permiten una convivencia armónica de los sujetos: 

Libertad. En la realización de la asamblea, la libertad de expresión es necesaria puesto que es la ocasión de poner en común lo que se concibe como posibilidad de solución, posibilidad de hacer, o como diferencia de concepción de lo que se plantea por los participantes, en la junta caben los diferentes. Ya en la participación en las actividades comunitarias, los sujetos son libres de formar la cuadrilla de agruparse, de apoyarse.

Consenso. En la vida comunalitaria, las asambleas no tienen la finalidad de buscar el acuerdo por el acuerdo, en las comunidades donde la búsqueda del consenso está arraigada, el hecho de que la mayoría esté de acuerdo a la manera de la democracia occidental, no significa necesariamente que es el momento de finiquitar un punto de discusión; en dado momento que un miembro de la comunidad no esté de acuerdo, es indicio que no hay convencimiento de que lo planteado sea lo correcto, por ello, no se practica el voto democrático, se impone la necesidad de convencer a quien disiente, puesto que solo así habrá éxito en el trabajo, el acuerdo o la norma a realizar o aplicar; el consenso es condición indispensable para poder continuar con el desarrollo de la reunión, de otro modo, se atenta con la cohesión social del núcleo comunalitario.

Reciprocidad o mano vuelta. En la misma sintonía, se pide a los otros que compartan lo logrado en reciprocidad o mano vuelta a lo que se está recibiendo, así, uno a uno los esfuerzos van tejiendo la trama para lograr comprender la complejidad que trae consigo la tarea, de tal manera que el cuerpo de lo ideado se va completando paso a paso.

Complementariedad. En la vida cotidiana y por la misma naturaleza humana, los seres humanos tenemos distintas habilidades, actitudes y posibilidades de acción; en los pueblos mesoamericanos esa diferencialidad se asume en el momento de realizar las tareas, cada uno aportará su cualidad, su granito de arena es en la intención de lograr su culminación, por ello tiene un espacio de acción el fuerte, el creativo, el que alegra los momentos con sus ocurrencias, el que busca la manera de cómo hacerlo todo sin mucho esfuerzo, el que sólo quiere ayudar llevando y trayendo los materiales, etc., todos caben y todos hacen lo suyo, no hay mano que sobre ni aquella que no sea necesaria, en el trabajo comunal como en los cargos hay complementariedad.

Compartencia. En la sociedad de concepciones de origen indoeuropeo, una forma de manifestar su supuesta superioridad es ser competitivo, por ello se lucha por un espacio un recurso, para mostrar quién es más, tiene, acumula y es poderoso; lo cotidiano y práctica de vida transita entre la búsqueda del poder, la competencia y la búsqueda del dominio; ello ha arribado a lo que hoy vivimos de manera global, una sociedad que forma sujetos competitivos, egoístas, atrapados en la acumulación de objetos a falta de identidad personal; en contrapartida, la práctica de vida comunalitaria no tiene como meta única la acumulación de bienes de carácter material, se le da un valor importante al aprecio de los otros, se es cuando se está con los otros en la alegría y en el dolor, se comparten los logros, el excedente de la cosecha es motivo para celebrar y agradecer a los dadores de vida. Así, la compartencia es más importante que la compartencia, no obstante, en los últimos años esta práctica está perdiendo terreno ante la avasallante propaganda de la individualidad sobre la nosotredad.

 
Lo planteado anteriormente, como concreción teórica-pedagógica en un proceso pedagógico-didáctico puede plantearse esquemáticamente de la siguiente manera:

Los hilos y la trenza de la pedagogía comunalitaria, ó El tejido y la trama de la pedagogía comunalitaria. 

















En este esquema puede apreciarse que centro y extremos necesariamente habrán de confluir, los temas generadores habrán de ser motivo de discusión y consenso en la junta comunalitaria de tal manera que la práctica comunal sea la que favorezca el proceso, de lo contrario sólo será una simulación que no podrá fructificar; el papel del docente en esta perspectiva se centra en favorecer el proceso de construcción y socialización de lo indagado; plantear estrategias que permitan desarrollar los temas generadores, construir conocimientos y desarrollar las habilidades, actitudes, destrezas que permitan favorecer la cohesión y vinculación comunalitaria, así la pedagogía de la comunalidad, lo es en la medida que el hecho educativo parta de las expectativas, condiciones y necesidades del contexto.

Lo planteado arriba, en la práctica pedagógica realizada para la realización de la Fiesta del maíz, descriptivamente se concibe así:


















Hacia una Pedagogía de la Comunalidad

La comunalidad se ha objetivado en La Fiesta del Maíz, y es ahí donde empieza la otra parte de nuestro cometido, la otra forma de plantear lo que sucede en el mundo, y es por donde queremos transitar, a más bien, iniciar el camino que habrá de ser abierto a brazo partido con aquellos que confluyan con nosotros en este horizonte que plantea la nosotredad, que aspira vivir un mundo en comunalidad. 

Esto requiere un proceso de mudanza, como quien se cambia o traslada a otra habitación o espacio de vida, tendremos que revisar nuestros haberes para llevar los que le servirán en la próxima morada, tendremos que elegir entre aquellos indispensables y los que sólo son complemento o parte de la escenografía; los cacharros, hallarán un buen lugar en la basura; los recuerdos, tendrán un buen lugar en un álbum que cabrá en un rincón del armario; la esperanza, será la que podrá llenar los demás espacios, se irá construyendo y en consecuencia, será la urdimbre en la policromía que todos podremos darle colorido, densidad y resistencia; es decir, el sueño multicolor de muchos mundos en un mundo; en esta tesitura, sólo la utopía nos hará posible avanzar como dice Galeano.

Esto a su vez habrá de ser posible con propuestas de transformación consensuadas y comunalizadas, que permitan arribar a un espacio de confluencia donde puedan tejerse los sueños, urdirse el cúmulo de esperanzas y finalmente iniciar el tendido del entramado con el trabajo de todos los que aspiramos otro Oaxaca.

Lo anterior puede ser concretado en la medida que seamos capaces de reorientar la formación humana a partir de la visión de las propias comunidades y culturas de nuestro estado, es allí donde La Educación puede ser el punto de partida de carácter transformador, en consecuencia, la Práctica Educativa que se ha asumido en las últimas décadas habrá de ser cuestionada, la verticalidad de cómo se impone el currículum tiene que ser revisada; desde una mirada comunalitaria, la comunidad a través de sus formas e instrumentos (asamblea y consenso), habrá de ser el tamiz por el que ha de pasar lo que es propicio y potenciador para la convivencia y compartencia humana del mundo.

Educativamente, esto podrá avanzar en la medida que retomemos y replanteemos procesos sociales y culturales; al parecer, las herramientas están en nuestras manos, las intenciones y horizontes, habremos de construirlos en consenso; las formas, las tenemos en el inconciente comunitario que está presente en los colectivos y comunidades.

Hoy con los ejercicios vivenciados, se puede asegurar que hoy es más que necesario, impostergable construir una Pedagogía que parta desde la perspectiva de la Comunalidad, cuyos elementos pueden ser, a saber: Territorio, Asamblea o junta comunalitaria, Trabajo colectivo o Tequio, Fiesta, La guelaguetza. En cuya práctica subyacen los valores: reciprocidad, complementariedad, libertad, compartencia y consenso.


Construyendo la pedagogía de la comunalidad 

En la tesitura de La comunalidad, el educador comunalitario no es el que sabe aplicar los planes y programas, no es aquel que cumple a pie juntillas con los dictados de la superioridad, no será tampoco el típico docente que lo sabe todo, el dominante, el burócrata de horario, el administrador de documentos; el educador comunalitario, lo es en la medida que escucha a lo/as otro/as, descubre los saberes y haberes culturales de la comunidad, comparte las formas de vida comunal, participa en el colectivo en las tareas de preservación y acrecentamiento de la vida cultural; no sabe más, contribuye con su esfuerzo a la construcción de los conocimientos acerca de su entorno, propicia el análisis, la reflexión y la crítica de la situación en que se encuentra su hábitat; participa en la recuperación de los conocimientos ancestrales, ayuda a organizar y sistematizar la experiencia comunitaria, investiga y promueve la indagación, es un crítico feroz del conformismo y la mediocridad.

Es un ser situado en un contexto donde tiene la necesidad de actuar, es histórico, espaciotemporal, por ello, no podrá favorecer más que el desarrollo de habilidades cognitivas, destrezas, actitudes, sentires y procesos, que quienes viven en el espacio donde se desempeña profesionalmente, han consensuado, acordado, propuesto y promovido; no puede tornarse en invasor o colonizador cultural, no es más que un mediador de lo que el contexto necesita y considera prioritario conocer, gestionar y socializar; en tanto actúa como ser situado, tiene un espacio de acción, un territorio y espacio cultural que le provee y le genera una identidad, lo diferencia de los otros. Sin embargo, no puede encerrarse en sí mismo, más bien, puede complementarse con los otros, en tanto ser sociohistórico, vive y comparte el mundo con los otros, no puede ser autosuficiente, necesita de los otros, por lo que supera sus necesidades con lo que le proporcionan, se complementa y se fortalece; en consecuencia, habrá de compartir, espacios, nociones, constructos, deidades, creencias, ritos, rituales, visión y cosmovisión del mundo con los otros. Por ello requiere un espacio y un territorio para afirmarse, pero no un espacio de propiedad, sino para su sustento, de acuerdo a sus necesidades, un espacio proveedor, que en reciprocidad con lo que le brinda, será protegido, cuidado, nutrido, venerado, puesto que si de él emana vida y prosperidad, habrá de ser depositario de un sentido de pertenencia, entonces, el hombre pertenece a la tierra, le debe la existencia, es como el hijo que en cierto sentido pertenece a la madre que le dio la vida, es por ello de la necesidad del territorio, no como posesión temporal, sino como un ser temporal que abreva y se nutre temporalmente de la madre; por lo que habrá de cuidarla, él y sólo él podrá dimensionar su importancia, por ello la imposibilidad de su transferencia e intercambio como mercancía, el territorio así, no es un bien que implique propiedad, es un bien que requiere cuidado, es una necesidad para poder vivir.

El educador comunalitario, no podrá actuar por inspiración, por norma, por disposición superior, por interés personal; como profesional, orientará las acciones, generará procesos de desarrollo, propiciará situaciones, favorecerá las condiciones de desarrollo de estos, pues se ha formando para ello; sin embargo, ¿qué habrá de conocerse y desarrollarse, indagarse y construirse?, ello habrá de decidirse en colectivo, no es que sus decisiones no cuenten, es que necesita consensuarse lo que es necesario para la comunidad.

Como consecuencia de lo anterior será vital la asamblea o junta comunalitaria, en la orientación de los procesos educativos, la decisión provendrá de ese espacio de decisión que necesita recobrar su importancia, puesto que es allí donde se discute lo que permite el avance y desarrollo de la comunidad; la junta comunalitaria propone, discute, opina, sugiere, consensúa y decide; y el docente como sujeto activo e intelectual orgánico, tendrá la tarea de interpretar y convertir las aspiraciones emanadas de la asamblea, en propósitos y contenidos de aprendizaje, por lo que no puede ser un sujeto improvisado, formado en la mediocridad; se requiere entonces, de profesionales con sentido social, partícipes de una visión que considere al otro como un ser sensible, pensante, analítico, reflexivo y crítico; su interés no será depositar en los otros su sapiencia, sino construir con los otros la representación del mundo, aspiraciones, vislumbrar horizontes, mundos posibles y utopías. Su herramienta, la asamblea; su instrumento, el consenso; su recurso, la sensibilidad; sus haberes, sus habilidades cognitivas, conocimientos sobre la sociedad y lo humano.

El educador comunalitario, no representa al Estado, no representa a los profesionales de la educación que hacen la misma tarea, ni se asume y abroga el papel de intelectual en tanto no ha generado en los otros esa imagen, es sólo un gestor de condiciones y procesos; en tanto gestor o promotor, su responsabilidad habrá de contribuir en la mejorara de las condiciones del entorno donde se desenvuelve; si esto se logra, habrá cumplido con su propósito, será acreedor del respeto y consideración de la comunidad, como miembro de ésta, se le encomendarán las tareas que se consideren necesarias.

Así, la junta comunalitaria, será el espacio de la toma de decisiones, de la valoración de lo alcanzado, la socialización de los retos, expectativas, es el espacio ideal para la evaluación (la pizca comunal) y el cuestionamiento; en tanto, las tareas se cumplan, habrá nuevas perspectivas y orientaciones, las tareas serán el fruto de las expectativas; la junta, promueve, propone, sugiere las nuevas tareas que serán el motivo para reemprender el trabajo colectivo.

Tequio. En la vida comunitaria, el tequio es la oportunidad de hacer confluir los esfuerzos y superar las tareas, en el tequio, las actividades que se derivan de la tarea general se distribuyen, se reparten las responsabilidades, la corresponsabilidad es una necesidad; ahí, los seres humanos y sus habilidades, aptitudes y actitudes, se complementan, no se requiere de la competencia sino de la compartencia y la complementariedad. En el tequio se hermana la energía a través del trabajo en común, se dignifica el esfuerzo físico o intelectual, se colectiviza la intención en el acto de conjugación de voluntades. Para la consecución de la tarea, las diversas actividades se distribuyen, se organizan para ello las cuadrillas, los grupos que tienen una tarea específica.

En esa tesitura, el tequio en el proceso educativo, tendrá definido el propósito, sin embargo, en su consecución, se distribuirán las tareas según las habilidades requeridas, las necesidades también imponen desarrollo de capacidades y destrezas, de tal manera que se convierte en la oportunidad de aprender; en el tequio pedagógico, se comparten energías físicas, destrezas y habilidades intelectuales, procesos e ideas de cómo superar la tarea. En el tequio pedagógico, la idea no es la competencia de quién lo hace mejor, es la compartencia de los esfuerzos para completar la tarea común; de tal manera que al implementarse el tequio pedagógico como consecuencia de las tareas emanadas de la junta comunalitaria, todos contribuyen a través de las cuadrillas pedagógicas con una parte que permita completar las expectativas que se generaron.

De esta manera no se individualizan los esfuerzos ni las expectativas, sino se comunalizan intenciones, necesidades y posibilidades de solución de las tareas y así como de los beneficios del trabajo colectivo. 

La reciprocidad. En las prácticas de vida de nuestros pueblos, hay diversas formas de relación que tienen en común la idea de no ver al otro como fuente de enriquecimiento, o fuente de energía susceptible de aportar beneficios a una sola parte; ello es perceptible en el trueque que aun es común en diversas comunidades, de la misma manera es común el apoyo en diversas situaciones de trabajo, dolor o fiesta; en la construcción de una casa, para el techado se invita al vecino para la ayuda, misma que será compensada en otro momento de necesidad; en caso de una pena como el deceso de un vecino de la comunidad, todos comparten el dolor por el inicio del camino sin retorno de uno de los suyos; por ello la familia habrá de contar con el apoyo de los vecinos; uno, trae el maíz; otro, la leña; aquellas, la mano que amasa la tortilla; y así, la tarea que trae la pena y el dolor, se diluye un tanto con el hombro que ayuda a llevar a cuestas la ausencia que lastima. En la alegría por la llegada de un nuevo integrante de la familia, se apoya a la que con su vientre contribuye a engrandecer la comunidad, el atole será una bebida confortable, una comida suculenta también. De la misma manera se procede cuando una pareja emprende una vida matrimonial, todos comparten el gozo, se apoyan, ya habrá el momento de que la vida de la vuelta y entonces las manos que dieron recibirán; la reciprocidad como valor y forma de vida es la flor que vierte su aroma a la comunidad, todo/as son los otro/as en un momento de la vida, la necesidad comunalizada tendrá una solución comunal; en tanto se vive en reciprocidad, se tiene la posibilidad de dar y recibir, de lo contrario, el individuo se aísla, camina solo y el mundo pesa más cuando no hay hombro que ayuda a cargarlo; la vida en comunalidad y reciprocidad es más vivible porque no se está solo, se está con los otros que somos nosotros, es decir, la nosotredad.

En las tareas educativas, cada equipo o cuadrilla pedagógica lleva su investigación, la comunaliza, la comparte; buscará la técnica o el modo, la estrategia, la forma de hacerlo; los recursos, herramientas y medios, por igual; una vez compartido su esfuerzo, se estará también en la posibilidad de recibir de los otros, así, dar y recibir se convierte en una oportunidad de enseñar y aprender, de estar y compartir; allí, la compartencia es el crisol de la educación en comunalidad; todos aprenden de todos, todo/as enseñan a todo/as, en ese momento, el espacio de compartencia se convierte en una oportunidad de la pizca pedagógica, todo/as, los logros serán de la comunidad en comunalidad. 

La reciprocidad, la pizca pedagógica, es entonces darse al otro, estar con el otro, la risa y alegría compartida construye color, es el intercambio espiritual y también material, es trueque. Aquí, la soledad es una abstracción que no encuentra cabida, no se puede ser comunalitario sin compartir, nada es nuestro solamente, todo es producto de la construcción de todos, de la nosotredad.

Lograda la tarea colectiva, alcanzados los propósitos, será necesario festejar nuestra comunión de esfuerzos, por ello viene la Fiesta, que visto desde la comunalidad, es un espacio para la conjunción de los afectos, para la confluencia de los espíritus en la celebración de los logros, de las esperanzas alcanzadas en conjugación de la diversidad, compartencia de los logros en el gozo, donde fluirá el espíritu; danzará la palabra en aroma de maíz, florecerá la cadencia en el vaivén de los cuerpos, brotará la nota del canto que acompasa el rocío, se trenzarán los espíritus en la trama de lo aprendido y gozado, se teñirá la urdimbre para que nuestro arcoíris halle por fin un punto para enraizarse; sólo así podrá brotar la esperanza enclaustrada, la utopía negada, la fe enterrada y demás sueños abortados.

El festejo será el catalizador de utopías, la concreción de nuestras ideas concebidas en la larga vigilia que esperaba el sol eclipsado por el individualismo y el mercado.

Así, la guelaguetza, dar, recibir, compartir y festejar tiene sentido porque es logro de todo/as, habrá de henchirse el pecho para resistir los avatares, permitirá asumir los retos por venir, todo ello nutrirá los espíritus para continuar y superar las cuestas de los senderos por venir. 


 
Bibliografía

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RENDÓN, Juan José. Taller de diálogo cultural. Metodología para estudiar diagnosticar y desarrollar las culturas de nuestros pueblos. Coedición Universidad de Guadalajara, Universidad Iberoamericana de León, Centro de Estudios Antropológicos, Científicos y Artísticos, Tradicionales y LingüísticosCe-Acatl, AC. México 2004.

 
Páginas Web

MARTÍNEZ, Jaime. Comunalidad y Autonomía una compilación de tres ensayos y dos declaraciones en parte de varias comunidades indígenas de la Sierra Norte de Oaxaca. Autonomía y Autodeterminación: pasado y futuro de y para nuestros pueblos... George Salzman george.salzman@umb.edu. 100308
MALDONADO, Benjamín. La comunalidad indígena. Segunda edición cibernética, octubre del 2003
 
APÉNDICE

El maíz que llevo en mí

El día se levanta llevando a sus ojos el color del maíz, el maíz que es fuerza, maíz naranja, maíz color de oro, maíz color de la esperanza que abre de par en par la puerta de cada día, o del color del día cuando se ha cerrado su puerta; día, no sueñes con el color del maíz, labra el tiempo abriendo la tierra con surcos de maíz; espera, solo espera que el que viene de la sangre de los que hicieron el maíz, camine contigo para que cuando el solitario fuego que nos alumbra esté en lo más alto, nos llene de fuerza para seguir siendo nosotros; la luz, esa claridad del rey y que cuelga en el cielo, es el que llama a la planta para que no deje de mirarlo, que al fin y al cabo él es el de la fuerza para crecer, el del calor que llega al corazón de la milpa para llamar a que su flor regale al mundo la herencia del maíz; maíz, no dejes que el día se vaya cansado de no haber visto junto a ti una mano, sí, la mano que recorre sinuosamente el cuerpo de la mujer a la que se ama; no dejes que la mujer gaste sus pasos sin haberte hecho el homenaje del día por haberle dado a su cuerpo la fuera de tu fuerza que gastará en una noche con su amado y también cuidará de la planta de maíz; maíz, no dejes que cuando el día se apague y sus párpados se cansen de estar abiertos, caigan sin que el que toma tu vigor, se incline ante ti para decirte: soy tu fuerza, soy huesos de tu masa, soy sangre de tu grano; para que le devuelvas: soy tu voluntad que crece en la milpa de la sierra, soy tu sueño que se teje cuando el surco se abre, soy tu esperanza cuando la nube deja caerse en un llanto de alegría; y que finalmente te diga: soy el que te rinde un homenaje mi maíz, porque soy hombre de maíz.

¿Por qué el maíz?

Hoy después de conocer que nuestro maíz, el que nos heredaron nuestros abuelos está siendo amenazado, necesitamos valorar este legado que puede ser arrebatado por los piratas de la naturaleza que a todo lo ponen a su nombre, no estamos en contra de la ciencia, pero no queremos que se lleven y lo registren a su nombre lo que nuestros viejos hicieron al caminar los miles de años, tampoco queremos que nos lo cambien por otros que llevan herencia de otras plantas para que después revuelvan nuestro maíz, queremos seguir cultivar la madre tierra lo que recibimos como herencia, queremos seguir tomando fuerza del atole que fluye en nuestras venas, hecho de lo que nuestras manos siembran, no queremos su maíz, queremos el nuestro como está, no más ni menos productivo, no más ni menos nutritivo. Ese es el grito que se deja sentir y escuchar cuando el pueblo se informa de lo que puede pasar con la entrada a México de diversos tipos de maíz donde lo más seguro es que al paso de unos años no podrán sembrar ni cosechar su maíz, porque tendrán que comprarlo debido a que el suyo fue contaminado por un transgénico, por eso hoy más que ayer, se impone la defensa del maíz, nuestro maíz.

En este país, nuestro país México, en lo religioso, hay cristianos de todo tipo, católicos, testigos de Jehová, sabatistas, mormones, etc., también los hay budistas, musulmanes, mahometanos y hasta ateos; sin embargo, más de tres cuartas partes de la población nos alimentamos del maíz; en lo político, encontramos prianistas, perredistas, petistas y demás bichos y aves de rapiña partidistas, así como marxistas, yunquistas, ultras de izquierda y de derecha, guerrilleros y anarquistas; en preferencias y personalidades tenemos cobardes y valientes, sociables y huraños, fuertes y débiles, obstinados y blandengues, heterosexuales, transexuales, homosexuales, homofóbicos, sibaritas y demás, y no obstante, sobrevivimos a dieta de maíz; por ello, hay algo que nos une, es un solo grano: el maíz. 

Ello motiva de una u otra forma a la defensa de ese alimento que por miles de años ha sido nuestra fuerza, cultura e identidad; porque somos y seremos hombres y mujeres de maíz. Por que hemos crecido a fuerza de maíz, nuestros viejos más viejos, fueron: carne, huesos, sueños, esperanzas, baile, ritmo, canción, fiesta, dolor, pasión, muerte, pasado, presente y futuro hechos con tortillas de maíz; urdieron la trama de sus sueños con la fuerza del maíz, construyeron y legaron sitios venerables con la fuerza del maíz; somos lo que somos porque somos de maíz, soñamos nuestros sueños con los paisajes que nos da el maíz, lloramos nuestros muertos y nuestros otros dolores con lágrimas de maíz; por eso, seguir siendo maíz no nos ahuyenta del futuro, seguiremos sembrando el tiempo con semilla, trabajo, alegría, fiesta, identidad, color, dolor, tequio, canción y guelaguetza de maíz. Ser seres de maíz en México es tener identidad, origen, asidero, es tener el venero para abrevar la herencia milenaria de nuestros abuelos más abuelos.



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